jueves, 17 de marzo de 2011

en MEDIOS - Catástrofe en Japón

JAVIER PÉREZ DE ALBÉNIZ (El descodificador): Amarillo japonés - leer "La normalidad no vende. Recurramos pues a la tragedia, el drama, la muerte, la enfermedad, la tristeza, la desolación, el apocalipsis. Este es un breve resumen con algunos de los más delirantes titulares y comentarios sobre la crisis que vive Japón que han aparecido en los medios los últimos días. ¡Que la verdad, la prudencia o el rigor no nos estropeen una buena noticia!"

JAVIER GALLEGO (Carne cruda): Tsunamis informativos - leer "Nos hemos convertido en consumidores de tragedias. Nos las tragamos como una coca cola y luego no queda más que una lata arrugada. Hoy es Japón, ayer Libia, antes de ayer Haití y mañana ya veremos. Mañana llegará otro tsunami informativo que pasará por encima de éste y probablemente no volvamos a saber de él o quede reducido a residuo informativo. A mí me parece como ver una película. Mientras dura estamos enganchados al drama, pero luego se enciende la luz de la sala y desaparece de nuestras vidas con la misma facilidad con la que se instaló en ellas. No creo que seamos unos insensibles desalmados (no más de lo normal), es que lo que vemos no nos parece más real que una peli.

[…] Hasta los mismos actores de las películas y otros personajes famosos parecen haber sido contratados para la película en el papel de dolientes. Ayer mostraban su consternación en twitter. Qué cosa más rara eso de mostrarte consternado en 140 caracteres. Pero también a eso nos ha enseñado la cultura del espectáculo: a hacer de las emociones un circo más.

[…] Así que esta vez la excusa de la solidaridad no sirve para explicar por qué nos repiten una y otra vez las mismas imágenes, datos, titulares, sin novedad informativa alguna durante horas. Cuando veo por quinta vez la misma imagen de un barco aplastarse contra un puente, empiezo a preguntarme qué estoy haciendo yo allí viendo la monstruosa lengua de agua y lodo que se traga Japón casi como si estuviera viendo la ola que sepulta Nueva York en la peli “Armageddon”. Aunque suene muy crudo, estoy pasando el rato, consumiendo desgracias y horas de tele y medios de comunicación. Y de paso estamos tan absortos que no nos enteramos de lo pasa a nuestro lado o en nuestra propia vida"

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